Los cafetos se plantaron por primera vez en Ruanda, cuando era una colonia belga durante el siglo XIX. Las cosas parecían prometedoras para la industria productora de café hasta la década de 1900, cuando una brutal guerra civil sumió al país en la confusión, devastando vidas e industrias. Un siglo después, tras el fin del genocidio en 2000, Ruanda recibió un flujo de ayuda internacional, incluidas grandes inversiones en la industria productora de café, y en 2004 se construyó la primera estación de lavado. La bella Ruanda y su gente han estado en el infierno y de regreso, pero sus excelentes tierras y su clima continúan haciendo del país un fantástico destino de café de especialidad que vale la pena cuidar.